Los algoritmos de ordenamiento clásicos son útiles en escenarios acotados y sirven como base para comprender soluciones más eficientes. Esta sección repasa aplicaciones y motivaciones para usarlos o para apoyarse en ellos durante el aprendizaje.
Cuando el tamaño de la lista es reducido (unas decenas de elementos), la simplicidad de Bubble, Insertion o Selection Sort suele ser suficiente y su costo cuadrático no impacta perceptiblemente. Además, son códigos cortos que se auditan fácilmente en contextos con poco tiempo o sin librerías disponibles.
Comprender estos algoritmos ayuda a transicionar hacia opciones O(n log n) como mergesort o quicksort. Se usan para enseñar nociones de comparación, intercambio, estabilidad y cómo recorrer arreglos con dos índices. Incluso implementaciones reales de quicksort suelen cambiar a Insertion Sort en subarreglos pequeños para ganar rendimiento.
Su traza manual es fácil de seguir y permite ilustrar conceptos de complejidad, estabilidad y efectos de recorrer arreglos. Son comunes en laboratorios y exámenes introductorios, donde se pide seguir paso a paso las posiciones de los índices y contar comparaciones o swaps.
En microcontroladores con recursos muy limitados, un algoritmo simple in-place puede ser suficiente para ordenar pocos registros sin requerir memoria extra. Selection Sort es atractivo cuando copiar es barato pero intercambiar es caro; Insertion Sort mantiene la estabilidad si se requiere preservar el orden de entrada.
Ordenar puntajes, posiciones o listas pequeñas de objetos se resuelve rápido con estos algoritmos sin necesidad de dependencias adicionales. En tablas locales o marcadores temporales son suficientes y fáciles de depurar.
En proyectos reales puedes combinar estos algoritmos con otros más rápidos: