Antes de estudiar modelos específicos conviene comprender qué hace que un enfoque de desarrollo se considere tradicional, en qué contexto surgió y cuáles son los supuestos que lo sostienen. Esta base conceptual permite evaluar cuándo aplicar cada modelo y anticipar sus limitaciones.
Los modelos tradicionales, también llamados predictivos, agrupan las prácticas que buscan planificar el desarrollo de software de principio a fin. Se apoyan en la idea de que el producto final puede especificarse con detalle antes de iniciar la construcción y que, a partir de esa definición, es posible coordinar equipos numerosos y controlar el avance mediante hitos documentados.
Esta familia de modelos prevaleció durante varias décadas, especialmente en organizaciones donde la trazabilidad, la documentación formal y el cumplimiento de normativas resultaban obligatorios. Comprender su lógica ayuda a dialogar con clientes acostumbrados a procesos lineales y a combinar elementos predictivos con enfoques iterativos cuando el contexto lo requiere.
Un modelo tradicional o predictivo describe una secuencia de fases claramente delimitadas que se ejecutan en un orden preestablecido. Cada fase produce entregables concretos (documentos de requisitos, diseños técnicos, casos de prueba) y habilita la siguiente etapa cuando se aprueba formalmente. El plan se concibe como un contrato que reduce la incertidumbre y permite estimar costos, plazos y recursos con antelación.
El enfoque tradicional se gestó en la segunda mitad del siglo XX, cuando el software comenzó a incorporarse en proyectos aeroespaciales y militares. Las organizaciones trasladaron las prácticas de la ingeniería clásica, basadas en planos detallados y procesos de aprobación secuenciales, a la recién nacida disciplina del software engineering. El objetivo era garantizar la confiabilidad del producto y evitar sobrecostos en proyectos de gran escala.
Cuando alguno de estos supuestos se rompe, el modelo pierde eficiencia: los planes deben rehacerse, aumentan los retrabajos y se vuelve necesario incorporar mecanismos iterativos de ajuste.
Estas características permiten gestionar proyectos donde la predictibilidad es prioritaria, aunque también explican por qué los modelos tradicionales son menos flexibles frente a cambios frecuentes.