7. Fases del modelo en espiral

Cada vuelta de la espiral recorre cuatro fases que permiten planificar, analizar riesgos, construir y preparar la siguiente iteración. Comprenderlas en detalle ayuda a aplicar el modelo de forma disciplinada y a medir el progreso incremental.

7.1 Determinación de objetivos

La iteración comienza definiendo metas concretas, restricciones y alternativas tecnológicas. Se revisa el estado actual del proyecto y se eligen los entregables que aportarán mayor valor o reducirán incertidumbre. Este paso crea una línea base clara sobre la cual evaluar los resultados del ciclo.

  • Metas medibles: se identifican funcionalidades, prototipos o experimentos que deben completarse al final de la vuelta.
  • Restricciones: se listan límites de presupuesto, fechas, regulaciones o dependencias técnicas.
  • Alternativas: se analizan distintas opciones de diseño o tecnología para compararlas más adelante.

7.2 Análisis de riesgos

Con los objetivos en mente, el equipo identifica los riesgos que podrían impedir alcanzarlos. Se estiman probabilidades e impactos, se priorizan y se diseñan estrategias de mitigación. Este paso diferencia al modelo en espiral de otros enfoques, porque orienta la iteración hacia lo que representa mayor amenaza u oportunidad.

  • Clasificación: riesgos técnicos, de negocio, de cronograma o de aceptación se documentan en un registro dedicado.
  • Mitigaciones: se planifican prototipos, pruebas de concepto o consultas con especialistas para reducir la incertidumbre.
  • Criterios de salida: se establecen umbrales para determinar si el riesgo quedó controlado o requiere acción adicional.

7.3 Desarrollo y validación

El equipo construye el incremento planificado, ya sea una funcionalidad completa, un prototipo evolutivo o una prueba técnica. Se aplican las actividades habituales de análisis detallado, diseño, programación y pruebas, pero acotadas al alcance definido para la iteración. El resultado se valida con usuarios o patrocinadores para obtener retroalimentación temprana.

  • Entrega tangible: cada ciclo produce un artefacto ejecutable o un modelo validable.
  • Aprendizaje continuo: se registran hallazgos técnicos y ajustes de requisitos surgidos durante la construcción.
  • Validación temprana: los interesados prueban el incremento y confirman si cumple los objetivos definidos.

7.4 Planificación de la siguiente iteración

Antes de iniciar una nueva vuelta se revisan los resultados obtenidos, se actualiza el registro de riesgos y se replanifica el proyecto general. Esta fase cierra el ciclo anterior y alimenta la determinación de objetivos del próximo, asegurando una evolución controlada.

  • Revisión de resultados: se comparan los objetivos iniciales con los entregables reales y se documentan lecciones aprendidas.
  • Actualización del plan: se ajustan presupuesto, cronograma y alcance según el riesgo residual y las nuevas prioridades.
  • Decisión de continuidad: patrocinadores y equipo evalúan si conviene seguir, replantear el enfoque o detener el proyecto.

Estas cuatro fases se repiten hasta que el producto alcanza el nivel de madurez esperado. La naturaleza iterativa permite incorporar cambios sin perder la visión global ni el control del riesgo.