Las portadas convierten cada tarjeta de Trello en un identificador visual rápido. Un tablero bien diseñado reduce el tiempo de búsqueda, resalta prioridades y motiva al equipo con una presentación cuidada.
En este tema exploramos cómo agregar portadas, elegir colores o imágenes, ajustar la forma en que se presentan y aplicar principios de diseño para mantener un tablero legible.
Abre la tarjeta, desplázate al panel derecho y selecciona "Portada". Puedes elegir un color sólido, una imagen predeterminada o convertir un adjunto existente en la portada principal. Al guardar, la tarjeta mostrará el nuevo encabezado tanto en la vista del tablero como dentro de la tarjeta.
Si ya tienes adjuntos, haz clic en el menú de tres puntos del archivo y selecciona "Hacer portada". Esto mantiene la imagen vinculada al adjunto original para consultar la versión completa cuando sea necesario.
Trello ofrece una paleta amplia de colores planos y acceso directo a la biblioteca gratuita de Unsplash. Busca palabras clave como "marketing", "tecnología" o "naturaleza" para encontrar imágenes que representen tu proyecto.
Para mantener coherencia visual, define una guía sencilla: por ejemplo, colores para categorías generales e imágenes temáticas para proyectos especiales. Recuerda verificar los contrastes para que el texto se mantenga legible.
Desde el panel de portadas puedes alternar entre "Cubrir" (la imagen ocupa la parte superior de la tarjeta) y "Banda lateral" (una franja vertical a la izquierda). Usa la vista "Cubrir" para resaltar tareas clave y la vista "Banda lateral" cuando quieras un toque visual sin ocultar la información textual.
Experimenta con ambas opciones para decidir cuál funciona mejor según la densidad de información en tus tarjetas. Puedes cambiar el modo tantas veces como quieras sin perder la imagen seleccionada.
Mantén una jerarquía clara combinando portadas con etiquetas y fechas de vencimiento. Evita saturar el tablero con imágenes demasiado recargadas o con textos superpuestos que dificulten la lectura.
Revisa periódicamente el tablero desde diferentes dispositivos (escritorio y móvil) para comprobar que los colores y las portadas se visualizan correctamente. Un diseño consistente ayuda al equipo a identificar rápidamente cada tipo de tarea.
Aplicar portadas de forma consciente aporta identidad al tablero y mejora la navegación diaria. Dedica tiempo a definir una guía visual y actualízala cuando cambien las prioridades del proyecto.