El enrutamiento es la disciplina que permite que los paquetes encuentren el camino correcto entre redes distintas. Traduce la topología lógica del mundo real en decisiones matemáticas tomadas por routers que comparan métricas, consultan tablas y reaccionan a los cambios en milisegundos.
Comprender el tema es clave para diseñar infraestructura resiliente: explica cómo se forman las rutas, qué parámetros influyen en la elección del camino y por qué la automatización evita que las redes queden aisladas cuando aparece un enlace fallido o una expansión de negocio.
En el modelo OSI la capa de red (nivel 3) asegura que la información viaje entre redes independientes, mientras que el transporte garantiza la comunicación extremo a extremo y la capa de enlace se limita a operar dentro de un segmento local. El enrutamiento es, por lo tanto, el conjunto de procesos que decide a qué salto entregar cada paquete para seguir acercándose al destino final.
Organismos como la IETF definen los estándares que explican estas decisiones. Las Functional Requirements for Internet Routers (RFC 1812) (RFC 1812) establecen que todo router debe realizar, al menos, las siguientes tareas:
El resultado es una capa capaz de reconducir el tráfico por rutas alternativas sin que las capas superiores deban preocuparse por la topología física.
Aunque ambos procesos mueven datos, la conmutación opera dentro de un único dominio de broadcast y se basa en direcciones MAC, mientras que el enrutamiento trabaja con direcciones IP y permite atravesar dominios heterogéneos. Esta tabla resume las diferencias prácticas:
| Aspecto | Conmutación | Enrutamiento |
|---|---|---|
| Capa | Enlace de datos (nivel 2) | Red (nivel 3) |
| Identificadores | Direcciones MAC aprendidas dinámicamente | Direcciones IP y prefijos asociados |
| Ámbito | Segmento local o VLAN | Interconexión de redes y dominios autónomos |
| Decisión de reenvío | Tabla CAM o FDB | Tabla de enrutamiento y FIB |
| Resiliencia | Spanning Tree evita bucles pero limita la redundancia activa | Soporta multipath, balanceo y políticas de preferencia |
Distinguir ambos conceptos ayuda a ubicar correctamente los dispositivos: un conmutador de acceso mantiene un dominio limpio, pero el router que lo conecta con la matriz es quien decide si el tráfico visita un firewall, un MPLS o un túnel VPN antes de salir a Internet.
Los routers combinan hardware especializado (planos de datos) con software de control que ejecuta los algoritmos de enrutamiento. Según su ámbito encontramos:
La tabla de enrutamiento o RIB (Routing Information Base) almacena todas las rutas aprendidas por protocolos, configuraciones manuales y rutas conectadas. El plano de datos genera a partir de ella la FIB (Forwarding Information Base), optimizada para reenvío rápido y almacenada en memorias TCAM.
| Tabla | Contenido | Tiempo de actualización | Uso |
|---|---|---|---|
| RIB | Prefijos completos, métricas, origen y estado administrativo. | Cuando cambia la topología o se modifica una política. | Plano de control: selección de mejores rutas. |
| FIB | Prefijos resumidos y next-hop inmediato. | Instantánea derivada de la RIB. | Plano de datos: reenvío paquete por paquete. |
En estaciones de trabajo podemos inspeccionar la tabla del sistema operativo para comprender qué rutas están activas. PowerShell ofrece un comando directo:
Get-NetRoute -AddressFamily IPv4 |
Where-Object { $_.DestinationPrefix -ne '0.0.0.0/0' } |
Sort-Object RouteMetric |
Format-Table -AutoSize
El listado separa prefijos conectados, rutas estáticas y aquellas aprendidas por protocolos (si existen), lo que resulta útil al diagnosticar solapamientos o rutas predeterminadas mal aplicadas.
Antes de elegir tecnologías conviene dominar el vocabulario que usan los ingenieros. La siguiente lista servirá como referencia para los próximos temas.
Estos parámetros pueden combinarse de formas muy distintas. El siguiente script en Python muestra un ejemplo didáctico para seleccionar la mejor ruta a partir de tres métricas simples.
def seleccionar_ruta(rutas):
mejor = None
for ruta in rutas:
costo = ruta["saltos"] * 10 + ruta["latencia"] + ruta["perdida"] * 100
ruta["costo"] = costo
if not mejor or costo < mejor["costo"]:
mejor = ruta
return mejor
rutas = [
{"destino": "Sucursal-A", "saltos": 2, "latencia": 12, "perdida": 0.1},
{"destino": "Sucursal-B", "saltos": 3, "latencia": 8, "perdida": 0.05},
{"destino": "Sucursal-C", "saltos": 1, "latencia": 25, "perdida": 0.02}
]
print(seleccionar_ruta(rutas))
El algoritmo multiplica cada factor con un peso diferente (los saltos penalizan menos que la pérdida) y devuelve la ruta con menor costo total. Aunque los routers profesionales usan métricas mucho más complejas, la idea central —traducir parámetros físicos en números comparables— es la misma.
No todas las redes justifican la misma complejidad. La elección entre rutas estáticas, protocolos dinámicos o una combinación depende del tamaño, la velocidad de cambio y el equipo humano disponible.
Consiste en definir manualmente cada prefijo, normalmente con comandos como ip route en routers o route add en sistemas operativos.
Su principal ventaja es la predictibilidad: ninguna métrica externa modificará el camino elegido. Sin embargo, requiere mantenimiento manual ante cualquier cambio.
Los protocolos dinámicos permiten que los routers intercambien información periódicamente y recalculen rutas. Algunos ejemplos son RIP, OSPF y EIGRP. Cada uno utiliza métricas y algoritmos distintos, pero todos buscan converger rápidamente ante un evento de red.
Se apoya en rutas estáticas para aspectos críticos (por ejemplo, el enlace hacia un proveedor o túneles VPN) y delega el resto del tráfico en protocolos dinámicos. También se usa el término para describir protocolos que combinan ideas de vector-distancia y estado de enlace, como EIGRP.
| Método | Ventajas | Desventajas | Cuándo elegirlo |
|---|---|---|---|
| Estático | Bajo consumo de CPU, máxima estabilidad, control total. | No escala, requiere cambios manuales, propenso a errores humanos. | Sucursales pequeñas, rutas de respaldo, redes con topología fija. |
| Dinámico | Aprende solo, detecta fallas, balancea cargas. | Mayor complejidad, necesita temporizadores y afin tuning. | Backbones corporativos, campus con múltiples enlaces, ISP. |
| Híbrido | Combina control centralizado con adaptación automática. | Implica documentar muy bien qué rutas son manuales y cuáles aprendidas. | Migraciones graduales, entornos con políticas especiales o multi-tenant. |
Una práctica habitual es establecer rutas estáticas hacia el gateway de borde y habilitar un protocolo dinámico para el resto. Así, si el proveedor principal falla, basta con cambiar una sola ruta para redirigir toda la topología.
Documenta siempre quién es el propietario de cada ruta y qué evento la actualiza. Ese mapeo reduce el tiempo de diagnóstico cuando aparece un comportamiento inesperado.
Con estos conceptos cubiertos contamos con el vocabulario y los modelos mentales necesarios para profundizar en los protocolos específicos que estudiará el resto del tutorial. El siguiente tema se enfocará en los objetivos y desafíos que enfrentan los protocolos de enrutamiento modernos.